No es un fenómeno habitual, afortunadamente, pero los efectos de la llamada ciclogénesis explosiva, tormenta que ha barrido especialmente la cornisa norte, suele tener efectos devastadores, similares a los de un ciclón tropical. Es un fenómeno meteorológico que se produce al chocar una masa de aire caliente, con otra de aire frio.
El encuentro de las diferentes masas desarrolla rápidamente una profunda borrasca en un periodo muy corto, dando lugar a vientos muy intensos y fuertes lluvias. Los flujos de aire que originan son tildados por algunos meteorólogos como "vientos perfectos". La potencia de este fenómeno hace que también se las denomine "bombas meteorológicas", por sus efectos destructivos. Normalmente, cuando toca tierra su intensidad y velocidad descienden rápidamente.
Ya se dio un fenómeno similar en 1998 en el Cantábrico. En aquella ocasión, la tempestad provocó el hundimiento del pesquero vasco Marero y la muerte de sus ocho tripulantes. Un episodio similar es descrito en la película La tormenta perfecta, en la que el fenómeno que se desarrolla es una ciclogénesis explosiva, aunque de una intensidad más cinematográfica que real.
El concepto de ciclogénesis: aplicación a latitudes medias
Éste concepto es básico para entender el resto del artículo. Ciclogénesis significa básicamente, creación de un ciclón (o depresión, o borrasca, si nos referimos a latitudes medias o extratropicales). Los ciclones (término genérico donde se incluyen los huracanes, tifones, borrascas, bajas polares, medicanes, etc.) son sistemas de bajas presiones donde el viento gira en sentido contrario a las agujas del reloj en el Hemisferio Norte (el giro es a favor en el Hemisferio Sur).
Todas las depresiones, borrascas o ciclones atlánticos sufren, en cierta forma, una ciclogénesis para su generación desarrollo, profundización y mantenimiento. En sus estados iniciales están formados por una estructura en forma de onda, con sus sistemas frontales, frío, cálido y ocluido, que se van amplificando con el tiempo y cerrándose sobre si misma. Su mínimo de presión en superficie va bajando durante la primera parte de su ciclo de vida.
La clave, para qué sea explosiva, es cómo y cuánto se profundiza
Como su nombre indica es básicamente una ciclogénesis pero que sucede muy rápidamente y muy intensamente. Es decir, la depresión o ciclón en superficie puede formarse aparentemente en un espacio muy corto de tiempo, convirtiéndose en una borrasca (caso de latitudes medias) muy violenta y adversa en cuestión de pocas horas. El término general usado para estas depresiones que se profundizan muy rápidamente, es de “bomba” meteorológica.
La definición de bomba, ciclón o borrasca explosiva es aquella borrasca cuyo mínimo depresionario la presión baja 24 mb en 24hrs, o menos. Esta definición suele establecerse o referirse a latitudes altas, alrededor de los 55º-60º ya que los procesos ciclogenéticos están influenciados por la rotación de la Tierra. Las ciclogénesis explosiva suceden con frecuencia en el Atlántico y Pacífico.
Para nuestras latitudes, 45º Norte, la definición se relaja en caídas de presión del orden de 18 – 20 mb en 24 hrs. Mejor que esta definición “encorsetada”, los meteorólogos suelen trabajar con otra, sin umbrales tan fijos como los anteriores pero donde los procesos físicos que controlan el desarrollo explosivo son los mismos.
¿Cómo se forma una ciclogénesis explosiva y genera una borrasca explosiva?
No es una respuesta fácil e inmediata. Si nos restringimos a latitudes medias y en términos generales, para que se produzca una bomba deben coexistir, de forma oportuna, sincronizada y a distancia, una borrasca o vagada de presión en niveles bajos “incipiente” que interacciona positivamente con otra de niveles altos, digamos 300 mb y que suele estar lejos de la primera, para producir entre ambas una profundización o amplificación explosiva del sistema depresionario en niveles inferiores en un corto periodo de tiempo.
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