No siempre las condiciones para la apráctica del deporte de la vela son las adecuadas, y máxime cuando nuestro máximo aliado, el viento, no tiene la intención de trabajar. Son raras las veces que estas condiciones se den en nuestra bahía pero cuando así sucede, simplemente hay que poner buena cara y disfrutar de una magnífica sesión de lancha.
A los más peques (y a los que no lo son tanto, y me refiero a Josua y Jose) les encanta sentir la velocidad de nustras lanchas, disfrutar de un bello paseo por nuestro litoral y descubrir lugares que no sabían que existían. Para todos ellos, sirvan estas fotos (Cueva del Pirata):
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